El cierre de Las Bambas es un eslabón más en la cadena post extractivista que está avanzando lento pero seguro en Perú: ya no hay proyectos mineros nuevos, los que existen se cierran y más adelante nos quedaremos con algunas minas estatales o privadas mercantilistas.
En este contexto, la vacancia de Castillo no soluciona nada. Es simplemente un placebo, morfina, anestesia, para un país pobre, informal, casi fallido que se va literalmente al vacío.